Siento que vivo en un verano interminable, que realmente acabará justo el 23 de septiembre cuando tenga que volver a la rutina, pero ese día me alegraré de haber vivido todos y cada uno de los días de este gran verano justo como lo estoy haciendo.
Nada es para siempre, ni el verano, ni las personas, ni la vida, entonces he de aprender a disfrutar cada momento con la persona que toque porque aunque me ha costado mucho, he de aceptar que todas las personas que pasen por mi vida van a ser pasajeras y que nadie va a estar a mi lado para siempre.
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